domingo, 17 de marzo de 2013

Fórmulas convencionales y comunicación intercultural

En cada lengua existen frases de uso frecuente que se han convertido en formas habituales de expresar algo que no corresponde a su sentido más literal. Este tipo de expresiones, como por ejemplo '¿Puedes cerrar la puerta?' o '¿Le importaría cerrar la puerta?', se denominan fórmulas convencionales.

La convencionalización de una expresión no tiene por qué ser total, sino que puede darse en grados variables, como recurrir a una exclamación, p.e. '¡Que hace frío!', es frecuente para pedir que alguien cierre la puerta, pero, a diferencia de '¿Le importaría cerrar la puerta?', hay bastante situaciones en las que no sería una petición. De este modo se considera que '¡Que hace frío!' está menos convencionalizado que '¿Le importaría cerrar la puerta?', y por tanto requiere mayor cantidad de información contextual para ser entendido como una petición.

A  <  convencionalización  >  contexto necesario

Sin embargo, también existe formulaciones altamente convencionalizadas, que se aplican solo en situaciones muy específicas, como ocurre con frases como '¡Rómpete una pierna!' o '¡Mucha mierda!', que en el mundo del teatro, pero no así en otros ámbitos, son fórmulas convencionales para desear suerte.

Las peticiones con imperativo, como p.e. '¡Cierra la puerta!', son directas, ya que el hablante indica abiertamente lo que quiere; sin embargo, si plantea una pregunta o una insinuación (p.e. '¡Que frío hace!' o 'Parece que hay corriente'), se trata de peticiones indirectas (en grado variable), puesto que el destinatario tiene que inferir que la intención del hablante es hacer una pregunta o la insinuación es conseguir que haga algo.

En este caso, se me ocurre un ejemplo, que no sé si se ajustaría a este concepto. Cuando alguien dice '¡Que se escapa el gato!', creo que se consideraría una insinuación, puesto que el objetivo del hablante es conseguir que el destinatario haga algo, en este caso cerrar la puerta.

Cuando una fórmula determinada se ha convencionalizado, la inferencia es inmediata y automática, como si fuera una petición directa. 
Sin embargo existe una diferencia relacionada con la cortesía, puesto que mientras que una petición indirecta, realizada a través de una pregunta, se considera más cortés que una petición directa a través de un imperativo.

Por todo ello, aprender a formular peticiones en clase requiere de una actividad que proponga información sobre:
  • quién es quien pide
  • qué relación tiene con el destinatario de la petición
  • en qué situación se encuentran ambos


Solo disponiendo de estos datos el alumno podrá establecer una mayor o menor adecuación de una fórmula concreta a una necesidad comunicativa determinada.

Traducir literalmente una fórmula de una lengua a otra puede ocasionar malentendidos, de ahí que los criterios de adecuación pragmática deban formar parte de la enseñanza de una lengua.


4 comentarios:

  1. Hola, Susana:

    Muy interesante el ejemplo de "Que se escapa el gato". Yo no he oído nunca esta frase para pedir a alguien que cierre la puerta y por eso para mí, en un contexto dado, funcionaría a la manera de las insinuaciones, es decir, tendría que reconstruir inferencialmente la intención del emisor.
    Sin embargo, puede ser que en algunas zonas (en alguna región de España o de otro país hispanohablante) esta sea una forma habitual (y humorística) para pedir a alguien que cierre la puerta. Entonces, en esos entornos, funcionaría como una fórmula convencional: los que conocen la fórmula la interpretarían automáticamente sin necesidad de recurrir a procesos inferenciales complejos.
    El profesor Antonio Briz cita uno de estos casos: el enunciado "¿Eres de Madrid?" funciona como fórmula convencional (con el significado de "Cierra la puerta") en su área geográfica de origen (Valencia). En cambio... en Madrid nadie entiende esta fórmula. :-)

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  2. Hola Susana: también yo conozco el ejemplo "Que se escapa el gato"!!...y en el sentido que tu lo has expresado...me ha encantado!!
    saludos

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  3. Gracias por vuestros comentarios, José e Isabel. La verdad es que para mí es una expresión bastante común (especialmente en la redacción que 'sufrimos' las corrientes de aire!!! :) ); en mi zona se utiliza bastante, aunque también en alguna ocasión he escuchado lo de '¿Eres de Madrid?' para pedir que cierre la puerta...

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